Por: Abg. Damián
Armijos Álvarez[1]
www.damianarmijosalvarez.blogpot.com
damianarmijos_lex@hotmail.com
Es común que los
Abogados dediquemos nuestro tiempo y nuestro pensamiento al análisis legal, que
el rol del profesional del derecho en la sociedad se muestre como un aporte
técnico con enfoque jurídico, muchas veces incomprendido por la ciudadanía.
Esta práctica refleja la pasión por compartir ideas dentro de una profesión
honorable que nos llena de felicidad, pero que –por lo mismo- está limitada a
la comprensión de quienes estamos de una u otra forma vinculados con el
conocimiento del derecho.
Por tal motivo, en esta
ocasión decidí direccionar mis pensamientos y reflexiones hacia la ciudadanía,
que constituye la razón de ser de las leyes, de los derechos, de la
jurisprudencia, en general, de la totalidad de las instituciones y figuras
jurídicas a las que nos dedicamos los
estudiosos del derecho.
El famoso aforismo ubi societas ibi ius “donde hay sociedad hay derecho”, representa
un pensamiento que nos debe recordar a los Abogados que debemos encausar el
progreso social de la mano de los ciudadanos, comprendiendo las realidades que
viven nuestros pueblos, estando allí, con ellos, con todos, entre todos.
En consecuencia, es mi
deseo propiciar algunos consejos para un buen acercamiento y entendimiento entre
el profesional del derecho y el ciudadano que requiere de sus servicios. Esto a
propósito de haberme encontrado con casos en donde los profesionales del
derecho dejan mucho que desear y denigran el buen nombre de los Abogados.
No pretendo fijar
reglas estrictas para la contratación de Abogados, tampoco un “top” de observancia rígida en la
contratación de servicios legales, ni mucho menos –cabe aclarar- desdecir de
esta noble profesión, nada más lejos de mi ánimo.
A propósito de esta
oportunidad debo aprovecho para recalcar mi antipatía por el término “cliente”
por la interacción comercial que denota, pues el cliente es al abogado lo que
el paciente al médico, hay una relación más allá de lo comercial y es la
búsqueda de la justicia.
En este breve ensayo,
pretendo acercar a mis amigos, familiares, “clientes”
y lectores algunas reflexiones que me han inquietado en los últimos días, sobre
los aspectos que deben considerar al momento de contratar un Abogado y evitar
que su conflicto alfiler termine
convirtiéndose en un yunque. Dadas
las condiciones de una profesión tan dinámica como es el mismo derecho,
seguramente sus experiencias en la contratación de Abogados podrán enriquecer
poco a poco este trabajo, agradeceré sus comentarios. Sin más, aquí algunos
consejos de cómo contratar un Abogado:
1.
Evite
trámites gratuitos en forma directa.- empiezo puntualizando
este consejo algo controversial. El Estado ofrece servicios gratuitos por
ejemplo para el pago de liquidaciones laborales, facilita la constitución de
compañías sin la necesidad de la firma de un abogado, inclusive la Constitución
posibilita a los ciudadanos la interposición de garantías jurisdiccionales como
la acción de protección sin el patrocinio –inicial- de un Abogado; es decir, el
ciudadano en muchas ocasiones tiene carta abierta para prescindir de un Abogado
y proteger sus intereses por sí mismo.
Esta
práctica al igual que la auto medicación puede arrojar resultados positivos como
negativos, veamos.
He
conocido casos de trabajadores que son despedidos intempestivamente, varios
días después, ante las dificultades del desempleo y la falta de liquidación
optan por un trámite gratuito y presentan una denuncia para el pago de su
liquidación, cuando llenan el formulario proporcionado por la institución pública,
desconocen que su terminación de la relación laboral fue irregular, sin embargo
generan una petición de pago simple, la entidad le concede un término al
empleador para que proceda con el pago y éste formula una consignación, el
trabajador recibe el monto consignado el cual en lo posterior lo considera
irrisorio y apenas en ese momento decide consultar con su Abogado qué puede
hacer. Si el mismo trabajador hubiese optado por un orden distinto en sus
actuaciones y en un primer momento hubiese consultado con su asesor legal,
seguramente el resultado hubiera sido distinto y favorable, posiblemente
hubiese pagado una consulta y hubiese efectuado su reclamación administrativa (gratuita)
del pago de su liquidación más la indemnización que le corresponde por despido
intempestivo.
Lo
propio ocurre con la constitución de compañías, donde el objeto social termina
siendo insuficiente, la operatividad de las juntas de socios no está
correctamente definida, etc.; qué decir de garantías jurisdiccionales como una
acción de protección sin la firma de un Abogado, donde están en juego los
mismísimos derechos. Si su condición económica es limitada, procure acudir a un
Defensor Público o a estudios jurídicos que dispongan de programas pro bono y
puedan ayudarle a solucionar sus conflictos legales.
2. Busque un especialista.- en
un mundo globalizado en el que la demanda de bienes y servicios cada vez se
diversifica, es necesario contar con profesionales especializados en la materia
que busca asesoría. Posiblemente era impensable hace muchos años atrás, la
existencia de áreas especializadas como la propiedad intelectual,
telecomunicaciones o derecho informático. El mundo no se detiene el derecho
evoluciona día a día. Buscar un profesional del derecho especializado en el
área que necesita ser asesorado, es clave para gozar de una orientación legal que
pueda darle confianza y seguridad.
Si
usted acude a un estudio jurídico en el que un Abogado “se las sabe todas”,
dude, es posible que los años de experiencia del profesional puedan dotarle de
conocimientos en varias áreas en las que las pueda asesorar con cierta
solvencia, pero tenga en cuenta que el
derecho es un universo y cada área de él una galaxia por explorar; cosa
distinta es que acuda a un estudio profesional que disponga de asesoría en
varias materias con abogados especialistas en cada una de aquellas.
Una
arista de la ética profesional radica en no asumir compromisos que no puede cumplir.
Personalmente, si alguien me consultase sobre asuntos tributarios, mi mejor
consejo sería recomendar un colega experto en la materia.
3. Consúltele
sobre sus honorarios.- el común denominador de los
problemas entre Abogados y clientes son los honorarios, es importante que
previo a su cita con el Abogado –así sea la primera- le pregunte si le cobrará
por la consulta, tenga en cuenta que el Abogado es un profesional que dedicó
muchos años de su vida para ser lo que es, valore el trabajo profesional.
Dentro
de este apartado es importante tener en cuenta que los problemas legales no se
solucionan con una consulta, con la interposición de una demanda o una
solicitud de mediación, pero puede ser el inicio, por lo que debe ser paciente
y comprender que debe existir proporción entre el honorario a pagar y el
conocimiento más la gestión realizada por su Abogado.
Pregúntele
el alcance de sus honorarios, saber qué es lo que cubre el monto que usted paga
por los servicios profesionales de su Abogado resulta imprescindible, en muchas
ocasiones un juicio puede resolverse en primera instancia, pero recuerde que
hay un adversario que también pretende triunfar en la contienda legal, por lo
que posiblemente habrá apelación y otras instancias adicionales en las que debe
sostener el litigio, esto va a generar gestiones adicionales para su defensor y
gastos adicionales para usted, por lo que debe saber con precisión qué implica
el honorario. Así mismo, dentro de una demanda en su contra en la vía judicial,
probablemente habrá también una queja en vía administrativa relacionada, si su
Abogado tiene conocimientos de derecho administrativo es preferible que además
lo defienda en esta área también y tenga una línea de defensa que no resulte
contradictoria, por su puesto deberá consultarle sobre el honorario adicional,
recuerde que no siempre los expertos en asuntos judiciales dominan los
administrativos (no olvide el consejo precedente).
Para
concluir este punto, cabe resaltar que usted debe saber el honorario que
pagará, no espere a que termine el trámite para pagar, pues el éxito del caso
podría generar un honorario que le haga sorprender. Si decidió confiarle su
caso a un Abogado que aún no le indica el valor de sus honorarios, solicítele
una cotización, para los Abogados también es complejo la determinación del
honorario a cobrar ya que son varios los factores que entran en juego, la mejor
forma para ambas partes de llegar a un acuerdo sobre los costos será tomándose
un tiempo para hacer una cotización, pero siempre cuente con un acuerdo por
escrito que refresque la memoria.
4.
Evite
cambiar de Abogados para un mismo problema.- varias son las
razones que dan lugar a que un juicio sea defendido por más de un Abogado,
cuestiones que van desde el aparente abandono hasta la falta de pago del mismo
cliente.
Procure
que su caso sea atendido por un mismo Abogado, pues él es quien definió sus
estrategias de defensa que posiblemente no serán bien entendidas por un
profesional contratado con posterioridad. Por ejemplo, hay ciertas demandas que
no pueden ser reformuladas, o pasada la etapa de prueba sin duda le resultará
más complejo articular los alegatos del caso a un Abogado que recién inicia con
el estudio del proceso.
Para
evitar impases, es necesario que exista una buena relación entre el Abogado y
su cliente, sobre esto abordaré en los siguientes consejos.
5.
Requiera
un lenguaje sencillo.- así como su Abogado sabrá
comprender sus intenciones, usted tiene el derecho de comprender lo que le dice
su asesor legal, el derecho está compuesto por términos complejos, no hace
falta pronunciar palabras incomprensibles para parecer más inteligente o
aparentar ser un asesor de primer nivel, palabras como “auto” pueden
confundirlo, solo imagínese a usted preguntando sobre el estado de su juicio y
a su asesor respondiéndole: “el juez ya pidió autos para resolver”, en lenguaje
sencillo bastará que su asesor le indique que el juicio está próximo a
resolverse y no hacerle creer que el juez le pidió un vehículo.
Para
que usted pueda obtener los resultados que espera, necesita saber lo que hará
su asesor legal, para lo cual es indispensable comprender con absoluta
precisión lo que hará su asesor. Si no comprende algo, pida explicaciones o
busque un asesor que se haga entender.
6.
Conozca
sobre su caso.- confiar un asunto legal es de suma
delicadeza, podrá significarle más que dinero, sus derechos. Conocer sobre el
caso confiado a su asesor legal resulta sustancial para conseguir los objetivos
deseados, por lo que es recomendable pactar con su asesor legal la forma y el
tiempo en que han de informarse los avances de su caso, este acuerdo resulta
necesario para la comodidad tanto del Abogado que tiene varios asuntos por
atender y no solo el suyo, así como usted que tiene un asunto muy importante
confiado al profesional del derecho, si asfixia a su asesor con insistencias
innecesarias posiblemente prefiera dejar su caso, pero si descuida su caso
luego puede ser demasiado tarde.
7.
Nunca
son estrictos los poderes generales.- a menos que no tenga
familiares que puedan actuar por usted o que exceda en su confianza con su
Abogado, tenga presente que no es necesario conceder poder general a su asesor
legal que le habilite a ser usted mismo.
El
patrocinio requiere autorizaciones muy puntuales o una procuración judicial que
será otorgada en la medida de sus necesidades.
8. No se fíe del éxito prometido (ni
lo pida).- cuando consulte con su asesor legal conocerá
los puntos favorables y adversos de su caso, una buena comunicación y
entendimiento le harán saber que existen factores de riesgo hasta en los casos
más simples.
No
es ético augurar el éxito, todo se puede complicar por múltiples factores, por la
misma razón no es prudente que solicite o pregunte a su asesor si ganarán el
litigio.
9.
Comparta
metas.- el trato equilibrado entre el Abogado y su cliente
parte del hecho de compartir metas, alguna vez escuché a un Abogado decir que el
juicio no le fue mal a él sino a su cliente, pensé que se equivocaba, ahora
estoy convencido.
La
satisfacción del deber cumplido, el prestigio profesional, el buen nombre, el
componente económico y muchos otros factores se desenvuelven cuando un Abogado
asume un caso, de su lado el cliente aspira la obtención favorable de los
resultados deseados, justicia, paz, el goce y ejercicio de sus derechos. Intercambiar
estas metas propiciará una relación profesional que seguramente devendrá en una
larga amistad.
[1] Abogado de los Tribunales y
Juzgados de la República y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la
Universidad de Cuenca. Especialista Superior en Derecho Constitucional por la
Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador.
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